
Desde pequeño me apasionaron los caballos, pase mucho tiempo entreverado con ellos y con gente de campo.
Pero esta no es mi historia, simplemente los protagonistas son, un muchacho – Isidoro y su caballo Carlin.
Isidoro hoy tiene 18 años, es hijo de un gran amigo.
Año 2004… Isidoro comienza a montar caballos prestados en un club de equitación que está instalado en los campos del regimiento del ejército en un pueblo llamado Campo de Mayo. Su pasión y desvelo por los caballos ya había comenzado mucho antes. Doy fe…
Año 2005… Carlin, un caballo desnutrido y abandonado por su dueño en ese mismo club, comienza a ser un problema y un gasto para los administradores del lugar.
Su destino final seria en ese tiempo, venderlo para tirar a un carro o un frigorífico.
Pero como digo siempre: A veces los caminos, destinos se cruzan en un punto mágico.
Isidoro jinete sin caballo y Carlin corcel sin jinete y amo, se encuentran en el preciso lugar e instante de sus vidas. Isi, enterado del destino de Carlin, comenzó a mover cielo y tierra para quedarse con Carlin, para esta empresa, se ofreció a barear caballos de otros jinetes, inclusive llevar de tiro a otros caballos de polo.
“Toda la magia se dio” Isidoro y Carlin, ya eran un equipo.
Año 2006… Un día llega al club una invitación para correr Endurance (Carreras de aproximadamente 30 km por día en varias etapas.)
Isidoro se inscribe y comienza a participar. Fueron varias con buenos resultados.
Año 2007… Se organizan los juegos Panamericanos en Brasil.
Isidoro por las performance en todas las carreras nacionales es invitado a participar en esos juegos junto a Carlin, representando a la Argentina. Consigue el tercer puesto en juveniles.
La hazaña había terminado, ya había que regresar, Isidoro estaba preparando a Carlin para embarcarlo en el transporte que lo regresaría a la Argentina.
Pero el no sabia, que muchos estaban interesados en comprar a Carlin, fue así que empezó a recibir propuestas de compra, llegaron a ofrecer por Carlin hasta U$S 30.000.
Pero a todos, Isidoro – Respondió con firmeza y decisión:
“Es parte mí no se vende”
El amor a su caballo no tenia precio alguno.
Hoy siguen participando, en torneos y sus vidas unidas por el destino, galopan juntas por la historia de la vida y el amor.
Cruz del Sur
