Navegando…

Puerto Colonia del Sacramento – Uruguay – Foto by Cruz del Sur

Puerto de San Isidro

La brisa suave del río acariciaba mi rostro, era verano, los palos de los veleros se movían como si fuesen álamos en un campo de agua…, todos ellos parecían bailar al compás de una música suave…

Una mujer a veces deja el perfume de su piel en el camino del tiempo, sólo él – Charly – sabía que no debía esperar más para encontrarla…

Velero Floppy

Charly le preguntó – ¿Trajiste el vino y el queso? – ¡Sí! Respondió  Daniel – ¿Y los botellones de combustible?, Daniel a Charly – Sí…,150 litrosde gasoil, los mapas, las bengalas, salvavidas, documentos del barco, todo listo…

¡ A navegar!…, Punta del Este nos espera…

C. María había dejado Buenos Aires para ir a Punta del Este- Uruguay, una ciudad costera al este, bañada por las aguas del océano atlántico…

Charly, intuía que ella lo amaba, pero él comprendió ese amor cuando ella se marchó a ese lugar lejano…

La proa del Floppy comenzó a surcar el Río de la Plata, los vientos de popa comenzaron a inflar las velas blancas, la estela del barco en el agua amarronada dejaba atrás como un camino en el agua…, el silencio dejaba escuchar el ruido del agua al ser cortada por esa perfecta proa diseñada como el mejor estilete…

Atrás quedaba una ciudad…, comenzaba un derrotero, nacía una historia de amor…

Charly le dijo a Daniel – Estamos llegando a Montevideo, debemos tener cuidado con no confundirnos con las boyas que marcan los diferentes canales – Daniel, respondió – No tengas miedo, ya tengo todas la boyas estudiadas, una por una. –

(Navegar en las proximidades del puerto de Montevideo es muy peligroso, pues hay una serie de barcos hundidos que interrumpen la navegación franca desde el Río de la Plata hacia el océano atlántico)

Así el Floppy, navegando llegó al océano atlántico, azul, inmenso, quizás embravecido como un dios mitológico…

El Floppy navegaba…

Quedaban atrás una ciudad costera, Piriápolis y un poblado costero llamado…, Punta Ballena con sus casas blancas se divisaban a lo lejos desde el velero…

Las velas compañeras mágicas de navegación parecían convertirse en pétalos de flor…, como sí ellas quisieran volar hacia el cielo… 

Punta del Este, ese puerto de pequeños barcos ya estaba a la vista, desde el Floppy se podía divisar también la Isla Gorriti a babor…, los edificios altos de esa ciudad vigilaban como curiosos la entrada a puerto de cada velero o barco…

Después de haber navegado dos días Charly  había llegado a ese puerto estenio,  sentía frío en el cuerpo, sal en los labios y fuego en el corazón…, deseaba encontrar a C. María, esa mujer que  había dejado huellas en su corazón…

Después de amarrar bien el barco, comencé a caminar por las calles de la ciudad, poco a poco fui llegando hasta la playa de arenas blancas, caminé buscando el norte, buscando a mi amor, a mi derecha el mar, a mi izquierda los paradores con distintos nombres…

Había llegado, yo lo sabía…, caminé todo el día hasta encontrarla. Y allí estaba ella, C. María, tirada en las arenas blancas tomando sol…

Cuando la vi, le grité…, C. María, aquí estoy, vengo a buscarte… “Eres mi amor”…

Cruz del Sur

Punta del Este – Uruguay

24 Respuestas a “Navegando…

  1. Wow, preciosa historia de búsqueda del amor.

    A veces no somos conscientes de lo que significa una persona para nosotros, hasta que notamos su ausencia, y no podemos respirar.. no cabe más que ir en su busca.

    🙂

  2. Bonito post. Me gusta mucho el primer párrafo:

    «La brisa suave del río acariciaba mi rostro, era verano, los palos de los veleros se movían como si fuesen álamos en un campo de agua…, todos ellos parecían bailar al compás de una música suave…»

    • Zambu gracias por tus palabras, me críe en una zona de veleros y es bello apreciar el movimiento de los barcos cuando están amarrados en el puerto…
      Hay una música especial¡ Que se puede sentir¡
      Un beso

    • Me alegra que fuera de tu agrado este relato. En otro orden de cosas, cuando llegues por estos lados navegando puedo conseguirte una amarra de cortesía, a mi club a veces llegan veleros de Francia, Holanda y otros países del viejo mundo…
      Un beso

  3. Has usado preciosas metaforas, lo que hace ver que es un relato lleno de poesía… me quedo con las velas que se convierten en petalos, y el fuego en el corazón…

    El maestro de las metaforas Federico García Lorca decía: «Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca supuso que podían juntarse, y que forman algo así como un misterio»; una unión que uno nunca supuso así como la que ocurre en esta historias de amor.
    Un beso.

  4. Espero que ese navegante encuentre ese amor que ha buscado incesantemente.Buen lugar para hallarlo. No sé si en Colonia o en Punta del Este.
    Me agrada esos» álamos en un campo de agua.».es verdad en verano los mástiles marcan el cielo.
    Muy agradable todo lo que escribes.
    Hasta pronto..

    • Lugares siempre bellos se encuentran allí en el este, poder escribir y recordar es placentero y hace bien…, amiga oriental, tenemos el mismo cielo y el mismo mar…
      Un saludo muy grande para ti… “Gracias”
      C.

  5. Estás en auge, C.!
    Este es el tercer texto que te leo desde mi larga ausencia y, como los otros dos, es precioso! Veo que has estado inspirado, algo lógico viniendo de ti!
    Lo más bonito de la búsqueda del amor es encontrarlo.
    Besos!

  6. Hola gracias por tu visita! encantada yd ices que mi rincón te gusta? pues me quito el sombreo ante tanta belleza que hay aquí.
    Gracias

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